sábado, 21 de enero de 2012

A prisa

Hay una maldición que circula entre los fotógrafos, la cual consta de no traer tu cámara al hallar el momento mas especial, o a la inversa de traer todo el tiempo tu cámara y no hallar nada que fotografiar. Pero como fotógrafo precavido intento tener mi cámara todo el tiempo conmigo,  así que cuando se extienden los periodos sin algún trabajo propio para fotografiar, mi prisa es siempre el mejor espacio para crear imágenes.

Como parte de la urbanidad, la prisa siempre esta presente uno siempre va a todos lados con ella, y yo disfruto ir fotografiándola en los demás, o en la mía propia, en esta urgencia en la que vive una por llegar de un punto a otro. Mi ciudad no es tal vez el lugar mas  grande, pero en la gente ya se siente este estres que da la prisa, el tedio de la espera del transporte, y esto genera un cambio en nuestros ánimos, en nuestra manera de actuar, por ello me gusta convertir la mía en algo que disfruto que es tomar fotos.
Al final me encanta las expresiones distraidas de la gente, este gesto de labios apretados, o como su boca va incluso abierta sin darse cuenta por el agobio, el que descubran la cámara, el que se cuestionen si aunque no estas viendo por ella, estas listo para tomarles foto, y todo al ir generando como las hormigas caminos dentro de esta caja de arena.



































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