José Luis Haro fotografía interior: Samuel + Aurora 70 Años de Matrimonio

Esta entrada, además de ser muy especial, es muy personal, pues están a punto de conocer mi familia, y mas específicamente a mis abuelos, los cuales la semana pasada cumplieron 70 años de casados, un largo camino que pocas personas tienen la dicha de caminar y además en tan buena condición, tan llenos de bendiciones.

Así que dandome cuenta que mi familia tenia pensado hacerles una fiesta en grande, donde volverían a casarse, y entregarse por primera vez en 70 años anillos uno al otro, le dije a mi papa que yo les regalaba las fotos, cosa que me entusiasmaba enormemente pues si de por si la experiencia de cubrir una boda agena es un deleite emocional al poder estar en primera fila en un momento tan especial, estarlo en este día que era importante además para mi, hizo mi vivencia de las fotos aun mas emotiva.

Debo confesar que mis abuelos son grandes pilares de mi vida, por un lado no puedo pensar en una persona que me cause mayor necesidad de sacar mi lado afectivo, como lo hace mi abuela, tan solo los recuerdos de la niñez, la suavidad de sus manos, sus chinos de oro o ese detalle que siempre tuvo con mis papas de permitirse descansar junto a nosotros al acabar de atender a los demás hijos, o su sonrisa en la mesa que me decía cuanto disfrutaba nuestra presencia. Mi abuela nunca fue favoritista, pero siempre me hizo sentir -como a todos sus nietos- un cariño especial hacia mi, el que yo fuera seminarista en algún punto me consagro en su corazón y el que ella tuviera mi foto en la mera entrada de su casa la consagro en el mio. Mi abuelo por su parte dejo otras marcas en mi que me hacen pensar en él como un viejo roble, su bastón lleno de sencillez invade mi mente cuando pienso en el, su sombrero, sus gorras, y el recuerdo de como iba caminando cuando aun podía a todos lados sin importar cuan lejos fuera. En la infancia recuerdo como nos regalaba las fichas para el local de maquinitas que cuidaba y recuerdo que aunque nunca fue meloso o cariñoso no guardo un solo recuerdo de mal temperamento de su parte, por ello desde la adolescencia me gustaba besarlo para hacerlo reír mientras decía -ya! basta!-. Él fue el mas grande ejemplo de que no porque los padres no intervengan en una conversacion no significa que no les interese o no le presten atención, pues el con su memoria de elefante siempre estaba al pendiente de todos en la familia.

Fotográficamente nunca había fotografiado una pareja tan grande, pero las cosas pasan por algo pues creo que fue la confianza de mis abuelos en que yo era el fotógrafo que permitío que fueran ellos mismos en estas fotos. Éste es mi regalo hacia ellos, un reflejo de lo que veo en ellos, y de el legado que han dejado en esta tierra, lastima que la visión de mi abuelo ya no es tan buena pues me gustaría saber que opina sobre ellas, pero espero con el corazón que mi abuela se sienta conmovida, al igual que mi familia, así como a mi mismo me ha pasado.

A todos los familiares que nos acompañaron dejo aquí los enlaces de donde pueden ver todas las fotos y además guardarlas y de los vídeos que realice en honor a esta fecha. Gracias por compartir esto con nosotros.