sábado, 21 de julio de 2012

Las piedras se volverán cometas.

Raúl y Azeneth, fueron a encontrarme a la estación de camión incorrecta en la que me baje, Raúl se veía con esa chispa en los ojillos que le caracteriza, Azeneth con su decena de centímetros mas desde la ultima vez que la vi, los dos iban de blanco y me saludaron con esa alegría y calidez sincera que caracteriza su familia. Después del saludo, me guiaron hasta el carro blanco, donde Vero y Chema aguardaban, estábamos feliz de vernos, Chema con esa seguridad que tienen los que se abren sus propios senderos, y Vero me sonrió con un vaso de fruta que me había comprado por si tenia hambre.



Estas fotos son muy especiales, no son solo un trabajo, sino un buen día que una familia muy querida para mi me regalo con toda su serenidad y transparencia. Era un día tranquilo, pero que hasta la humedad en el aire marcaba como un dia diferente para la familia, un día de consuelo, un día de apapacho, pues hace unos meses tuvieron que pasar uno de los momentos mas duros para ellos, el decir adiós a su padre, pero juro que por esa pequeña intuición mía, que nos acompañaba día desde donde está.. 
El hablar buenas cosas de estas fotos no es difícil para mi, porque creo que refeleján el valor enorme que veo yo en cada uno de ellos, en la fortaleza de Vero, en la docilidad de Raúl, en la valentía de Chema y en la ternura que emana de Azeneth. Cada que los veo quedo agradecido con ellos, porque me hacen sentir incluido, esta es mi manera de agradecerlo con este espejo de quien yo veo que son ustedes.




























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