40 años. Mi familia.

Mis padres se conocieron en un restaurante de Chicago, hace mas de 40 años, a mi papá le dijeron que habían unas muchachas de apodo "los barrilitos" que eran de un pueblo cercano al de él, así que al encontrarse con que mi mamá era mesera del lugar se animo a invitarla a salir. -¿Como te llamas? -le pregunto el día que por fin tomo valor, a lo que ella en toda su desconfianza le contesto con un nombre falso  -¡Gorgonia! - y le dio la espalda molesta. Mi papa regreso así durante varias semanas, a lo que hallo algunas semanas con que mi madre le inventara un nuevo nombre cada ocasión. -¡Tiburcia! -Dijo un día -¡Anacleta! -Dijo el siguiente. Mi papá tal vez ya cansado pero mas  sincero que las ultimas veces (así me gusta imaginar la historia) le dijo a mi madre por ultima vez. -Mira, mis intenciones son serias y no deseo molestarte, de verdad ¿Cual es tu nombre? - A lo que mi mamá al fin convencida con su verdadero nombre le contesto -Me llamo Socorro - pero él inmediatamento objetó -No, ya de veras, dime cual es tu nombre real - Y es aquí donde todo el mundo ríe en la historia, al accidentalmente llamarle feo al nombre de mi madre. Esta es la historia mas emblemática que alguna vez se me contó en mi infancia y la conservo cariñosamente.

Con el motivo de su 40 aniversario de matrimonio mi hermana decidió organizar una comida juntándonos a los cuatro hijos, a lo que mi aportación fue regalarnos a los seis una sesión fotográfica contratando a uno de mis mejores amigos, de quien admiro ampliamente su trabajo y con quien comparto una visión muy cercana acerca de la fotografía. Esto para mi fue muy  importante pues me doy cuenta que en el medio fotográfico, todos pedimos que se respete nuestro trabajo, pero pocas veces invertimos en el mismo producto que vendemos. Así que de mi parte quise romper con esto e irme por mi favorito para las tomas.

Lo cierto es que el día fue muy importante por muchos motivos pero específicamente la sesión fue uno de los momentos mas especiales que creo yo hemos vivido juntos como familia. Hacia un hermoso día que pronto se torno mágico, desde mi hermana, mi madre y mi cuñado tocando juntos acordiones y violín al aire libre, hasta mis hermanos jugando con un papalote junto a mi cuñada, nosotros tomando fotografías, mi papa sentado en su trono familiar. Lastima que nos falto un miembro que fue mi cuñada, pero creo yo que sera una experiencia que repetiremos. Estas fotos que les presento solo son un pequeño acompañamiento del trabajo de mi buen amigo Luis Garvan, donde la única foto que siempre había querido construir es aquella de mis padres sentados en sus sillas de la sala  a la mitad del campo. Un tesoro familiar en definitiva.