La familia como uno solo: Patricia y su hijos

En ultimas fechas, he estado haciendo muchos trabajos de fotografía de familia, y al revisar el trabajo de otros fotógrafos, me cuestionaba mucho sobre lo que espera cada familia sobre sus fotografías, y en mi propuesta como en los demás temas me gusta no solo hacer fotos "bonitas" sino enaltecer los valores interiores de cada familia como unidad.

Y bueno con familias como la de Patricia, el trabajo se vuelve muy sencillo, al ver tanta unidad, y congruencia, su familia me evocaba un amor discreto y sensato, como un susurro cariñoso que yo me cuestionaba como conservar, y bueno mi propuesta fue proyectar en ellos esta unidad.

Y creo que a lo largo de las sesiones que he hecho, se vuelve un experimento interesante, pues de esperar que te pidan sonreír en unas fotografías a pedirte estar quieto o sentirte cómodo junto a tu familia me cuestiono lo que ha de provocar en cada persona y en lo personal me gusta pensar en que mi trabajo se convierte mas que en mostrar a gente que finge ser feliz en gente viviendo esta plenitud, mientras yo lo documento.

Paso algo curioso con Sebastian hijo de Patricia, el cual no quería sonreír en el momento de la sesión y aunque no lo crean es algo común que halla gente que le moleste que les pidan eso, pero la verdad yo no quise insistir  porque claro se me hace muy congruente eso, no creo que la plenitud ni los valores que uno busca al contratar una sesión sean validos solo a través de la sonrisa, pues conozco mucha gente que sabe sonreír solo de dientes para fuera. Lo que puedo decir es que las sonrisas que hay son naturales, que si porque yo hago maromas, si porque le hacen cosquillas, o por jugar con la familia y eso es lo que las vuelve valiosas, o incluso al verlo serio puedo reconocerlo, y creo que eso es mejor que reconocer alguien que no eres.